El intestino, el origen del bien (o del mal)
Hola #healthypeople, estamos ultimando agosto y todo volverá a la normalidad rutinaria. Empezará el curso, los niños volverán al cole, volveremos al trabajo morenos y guapos; y con mil experiencias nuevas. Emprenderemos la universidad con más ganas que nunca y diremos el tópico de “este año no me lo dejo todo para última hora”. Los buenos propósitos nos motivarán y la salud nos debe acompañar para cumplimentar los mil objetivos que nos habremos marcado como por ejemplo, este plan detox.
“Todas las enfermedades comienzan en el intestino”
HIPÓCRATES
Cada vez estamos más de acuerdo en que nos debemos mimetizar con la naturaleza y observarla, y si estamos atentos, veremos que otoño es época de renovación. Y si es época de renovación…¿Por qué no renovamos también nuestro interior?
Desacelerar y restaurar el cuerpo mediante unos días detox para eliminar toxinas. Fortalecer nuestro sistema inmunitario para afrontar el invierno es uno de nuestros planes para setiembre y como nos encanta compartir todo lo que sabemos con vosotros…¡Ahí nuestro royo mensual del mes, empecemos entonces por la detox!
El órgano protagonista de nuestra detox será el intestino, el intestino nos fascina por muchas cosas, ¿sabíais que entre el 70% y el 80% de la inmunidad reside y empieza en el intestino? Concretamente en la flora intestinal, nuestra microbiota. Y no solo la inmunidad, en el tracto gastrointestinal se aloja un segundo cerebro muy similar al que tenemos en la cabeza, ya que el tubo digestivo está tapizado por más de 100 millones de células nerviosas. Es lo que se denomina sistema nervioso entérico y abarca desde el esófago hasta el ano. El cerebro entérico produce sustancias psicoactivas que influyen en el estado anímico, como la serotonina y la dopamina (dos neurotransmisores) y también diferentes opiáceos que modulan el dolor.
Para empezar una detox nos iniciaremos en los rituales de depuración, batidos verdes, consumiremos las frutas y verduras preferiblemente otoñales: uvas, manzanas, peras (¡De Lleida, como nosotras!) caquis, coles, jengibre…
Los cambios que realizaremos en la dieta serán:
1) Incluiremos muchas frutas y verduras. Daremos prioridad a las manzanas y peras pero no las mezclaremos. Es decir, haremos monotema de frutas por día. De este modo, el cuerpo descansará en la fabricación de distintos tipos de enzimas y solo fabricará un tipo de enzima por día. Dependiendo de nuestra condición física podremos desayunar y cenar únicamente fruta dos o tres días por semana, pero antes de hacer esto nos tenemos que asegurar que tenemos un buen estado de salud y siempre consultar antes a un profesional.
2) Reduciremos el consumo de azúcar refinado, harina blanca, lácteos enteros y sal. Si echamos mucho de menos el azúcar lo sustituiremos por una opción más sana como la estevia o el sírope de ágave. Las harinas blancas las cambiaremos por las integrales. Los lácteos enteros por los desnatados, però… ¡cuidado! Tenemos que aprender a leer la composción y mirar que no le añadan azúcar por la grasa que han restado….Por otro lado, si nos cuesta dejar la sal, podemos adquirir un sazonador bajo en sodio y con especies. La pimienta, por ejemplo, a parte de acelerar el metabolismo también tiene propiedades depurativas. Además es importante saber que el paladar se puede adaptar a comer con menos sal, cosa que no pasa con el azúcar.
3) Durante estas dos semanas beberemos entre 2-3 litros de agua al día. Nada más levantarnos tomaremos un vaso de agua con medio limón exprimido. A parte de alcalinizar el cuerpo activaremos las funciones depurativas del cuerpo.
La fitoterapia será nuestra aliada para la detox y nos aprovecharemos de las propiedades de las siguientes plantas:
1) Cardo Mariano: es hepatoprotectora, su uso tradicional empieza en la Edad Media.
2) Alcalchofa: a parte de ayudar en la digestión también es hepatoprotectora. Ayuda a tratar las hemorroides y el estreñimiento.
3) Ortosifón: antioxidante, diurética, colagóga…
4) Ananás: hipolipemiante y diurética.
5) Alga Chorella: es hepatoprotectora y a parte de eliminar toxinas elimina metales pesados. Y nos preguntaremos….¿Quién como metales pesados? La respuesta es que desgraciadamente todos ingerimos metales pesados con las pesticidas de las frutas y verduras y también cuando comemos pescados de gran tamaño como el salmón por ejemplo.
Esperemos que os hayan servido estos breves #freeconsejos, en caso de tener dudas sobre vuestro caso:
640 665 941
936 118 581
¡Gracias #healthypeople !
Autora: Maria Real Capell (farmacéutica nº col: 18558)